sábado, 28 de junio de 2014

Uruguay 0 - FIFA 2

Cayó el seleccionado uruguayo en el mismo Maracaná donde cinco décadas atrás hiciera historia. 
No contra Colombia, que pesé a todos sus méritos fue hoy un mero actor de reparto en la pulseta entre Uruguay y los semidioses de la FIFA, que en cada torneo deslucen el espectáculo rompiendo el balance natural entre el talento futbolístico de las selecciones con acciones extrafutbolisticas abusivas y antideportivas.
No ofende la suspensión a Luis Suárez tanto como el carácter especialmente ruin de la sanción. al final, tengo la convicción de que el problema de Suarez existe, pero lejos de ser un problema disciplinario, es uno de orden psicológico que merecía decisiones de otro orden.
Y es imposible no reparar en la paradójica celeridad sumarial de ciertas sanciones de la FIFA frente a su lenidad permisiva en sancionar otras transgresiones mayores a ese incidente.
Sus decisiones transgreden un principio del fútbol respecto a la preclusión de los fallos del referee y empujan la polémica futbolística fuera de lo deportivo y dentro de un sinuoso campo paralegal, con tribunales que ellos controlan y sanciones que ellos administran sin otro criterio que su discutible noción de justicia deportiva.
Contra eso jugó hoy Uruguay. Contra los poderes extrafutbolisticos que pueden diezmar una selección que ha cruzado las puertas de los octavos de final imponiendo a Uruguay una sanción tan arrogante que sólo puede ser producto de la crapulencia de impunes poderosos, igual que sus controles anti dopaje dirigidos, igual que su pretensión de sancionar al mismísimo Neymar por usar una ropa interior distinta a la del patrocinador oficial del torneo, igual que su condicionamiento absurdo al país organizador para publicitar marcas transnacionales de comida chatarra y cerveza en los campos deportivos.
Es la clase de abusos que por ofensivos vuelven coherentes las incoherencias mas ofensivas y a los incoherentes mas absurdos: Maradona es apenas el demiurgo natural producto de los excesos de quienes sin mayor derecho que leyes de propiedad intelectual discutibles, regentan el bien común de mayor interés mundial, después del agua, la salud y la vivienda.
La FIFA y sus fariseos son una plaga para el soccer mundial, mercaderes en el templo del fútbol traficando indulgencias y tickets a la gloria mientras corrompen la competición con acuerdos económicos que terminan determinando el resultado de los torneos a desdén del talento y los goles.
Quizá, después de todo, no fue Uruguay que perdió hoy, sino el deporte, el espectáculo y todos nosotros. Felicidades a Havelange, Blatter y todos sus acolitos. Hoy el score es FIFA 2-Fútbol 0.

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En un estado históricamente híper presidencialista, las universidades públicas, las prefecturas, las municipalidades, fueron reductos naturales de la democracia.
La autocracia sometió esos reductos, pero otros surgieron. La consistencia ideológica, el confinamiento, el exilio, son nuestros nuevos reductos. Desde ahí resistimos, urdimos, aguardamos, la hora de dar de nuevo batalla, el tiempo de recuperar la democracia.

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