jueves, 21 de enero de 2010

Con Reyes Villa fuera, el MAS y sus aliados intentarán hacerse de Cochabamba


Cochabamba atraviesa una crisis de liderazgo municipal, que el MAS y sus aliados tratarán de capitalizar en abril, tras el fin de dos décadas de hegemonía manfredista. Siete candidaturas de oposición buscarán llenar el vacío político que dejó el liderazgo del emblemático ex alcalde y ex prefecto cochabambino, según su estratega Erick Fajardo.

Luego de 16 años de presencia política manfredista, las próximas elecciones municipales y de gobernadores en Cochabamba destacarán por la ausencia de quien fuera protagonista infaltable de los últimos siete procesos electorales en la región central de Bolivia.


Ocho candidatos, entre oficialistas y opositores, pugnarán en abril por la comuna cochabambina. “Será el testimonio de la atomización de una hegemonía y un liderazgo regional que entre 1992 y 2008 le perteneció indiscutiblemente a Reyes Villa”, dijo a ANF su ex asesor.


Gonzalo Terceros (CIU) Fernando Torrico (MAS), Raúl Rico (MSM), Gamal Serhan (Podemos), Arturo Murillo (UN), Alex Contreras (MSB), Humberto Coronel (MNR) y Bernardo Montenegro (UNIR) tratarán de emular la hazaña de ser electos por mayoría absoluta y sin recurrir a alianzas, algo que caracterizó a Reyes Villa en sus cinco gestiones como autoridad edil y prefectural.


Para Fajardo, que prepara un libro sobre Reyes Villa, mientras la dispersa oposición está condenada a disputarse un máximo de cuatro concejalías, el MAS se apresta a lanzar un asalto total al municipalismo cochabambino, con una candidatura propia y tres “afines” que buscarán copar el concejo municipal y garantizar la elección de un alcalde oficialista.


“Hay distanciamientos estratégicos entre el MAS y sus socios políticos naturales como el MSM en la Paz y Chaly Terceros en Cochabamba, que permitirán que el MAS postule una fórmula oficialista y que sus aliados presenten otras dos o tres fórmulas para lograr concejalías que garantizarán gobernabilidad y generarán la ilusión de una representación pluritaria y diversa”, advirtió.


Para el analista, esta estrategia “tenaza” le permitirá al oficialismo cosechar concejalías “por angas y por mangas”, dado que hay candidatos “disidentes” del MAS que se ofrecen como una “opción moderada”, identificada con el “proceso de cambio”, pero más conciliadora e incluyente. “Te dan opción a elegir entre los orgánicos o los hijos rebeldes del proceso de cambio, pero al final todo quedará en familia”, advirtió.


“Es el caso del ex vocero Contreras o el ex alcalde Terceros. Es difícil pensar que alguno de ellos vaya a discrepar en temas de fondo con el gobierno, pues eso sería suicidio. Van a jugar a ser una oposición constructiva, pero de ninguna manera representarán para el MAS el peligro de una visión discrepante con su modelo de Estado o su visión de municipio”, dijo.


Mística y mitos adversos


Según datos del OEP, el fenómeno Reyes Villa surgió a principios de 1990, junto a la Participación Popular que fortalecería el proceso municipal con recursos y competencias autónomas.


Tras asumir como alcalde en 1992 y salvar la crisis municipal más aguda de la historia de Cochabamba, Reyes Villa construyó una mística de gestor público eficiente, aunque paralelamente el sindicalismo cocalero y una izquierda residual construyeron también varios “mitos detractores”.


Electo cuatro veces consecutivas alcalde de la ciudad del valle y una vez gobernador, el ex capitán de Ejército tuvo entre sus logros más significativos lograr en su tercera gestión inscribir a Cochabamba como la “mejor ciudad de Bolivia”, según el Índice de Desarrollo Humano del PNUD.


“Junto con el crecimiento de la imagen del joven alcalde, surgió también el mito del “edecán de García Meza” y luego el mito del “yaku-vende” (el que vende el agua), meta-relatos que buscaron inscribir un liderazgo claramente progresista como parte de las expresiones remanentes de la derecha tradicional”, explicó su ex portavoz.

En un estado históricamente híper presidencialista, las universidades públicas, las prefecturas, las municipalidades, fueron reductos naturales de la democracia.
La autocracia sometió esos reductos, pero otros surgieron. La consistencia ideológica, el confinamiento, el exilio, son nuestros nuevos reductos. Desde ahí resistimos, urdimos, aguardamos, la hora de dar de nuevo batalla, el tiempo de recuperar la democracia.

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