un círculo,
un anillo:
le dan
vuelta tus pies, cruzas la tierra,
no es tu
tierra,
te
despierta la luz, y no es tu luz,
la noche
llega: faltan tus estrellas,
hallas
hermanos: pero no es tu sangre.
Eres como un fantasma avergonzado
de no amar más a los que tanto te aman,
y aún es tan extraño que te falten
las hostiles espinas de tu patria,
el ronco desamparo de tu pueblo,
los asuntos amargos que te esperan
y que te ladrarán desde la puerta.
(Del ciudadano Ricardo N. Reyes, durante su exilio)